Sentirse en proceso, entender la vida como una obra de arte que va creándose a cada momento, una obra en cambio permanente.
La sesión de arteterapia es el espacio vivo que juntos caminamos, es como el lienzo en blanco, el trasfondo que acoge, sostiene todo lo que va emergiendo: Ya sea agradable o doloroso.
Es el silencio que escucha y permite el canto, el llanto, la música; es un campo amplio para poder bailar, expresar, comunicar. El escenario dónde público y actuación son la misma intimidad.
Conocerse es una exploración continua, descubrir, desvelar lo que hay debajo de capas de juicio y identificación. Lo veo como un proceso creativo, una apertura al cambio a Ser.
Identificar, acoger, sostener y sanar heridas. Reconocer lo que ya no me sirve, lo obsoleto y limitante. La celebración de lo nuevo y desconocido: Crear la propia vida, dar forma a los anhelos. ¿Quién es el/la autor y protagonista?
Durante el proceso creativo elaboramos y procesamos el material tanto consciente como inconsciente. Las imágenes, sonidos, olores y sensaciones táctiles; las preguntas y respuestas, las emociones: el material que emerge durante la sesión posibilita la integración, el cambio, resolución de conflictos, además de potenciar la creatividad y el crecimiento personal.